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“Vikinga” va a ganar la guerra

La chica es vigorosa. Por su gran físico, pero, sobre todo, por su voluntad indomable. Es trabajadora y disciplinada. Posee una sana cuota de “locura” que le permite afrontar, valientemente, los más diversos desafíos, aún los más peligrosos.

Con estas cualidades no es extraño que la rubia sea una excelente trail runner y, principalmente, una mejor madre, esposa y trabajadora.

Como corredora de montaña es tal su osadía que sus amigos del ambiente la bautizaron “Vikinga”.

En estos días libra  una lucha sin cuartel contra un enemigo tan ladino como implacable: un cáncer de piel que se le declaró en julio.

Ya ganó una batalla. Sin embargo, sigue con la guardia en alto. Sabe que no tiene que fallarse a sí misma, a su familia y a sus amigos.

La “guerrera” es Vane Cañás Vicens.

Su ejemplo merece que lo conozcas.

Vane en la montaña.

“Te quiero contar que tengo cáncer”

“Te quería contar que me diagnosticaron cáncer de piel en julio. Exceso de sol, correr sin protección, a la siesta, más todos los otros factores, pero el más importante el sol. Creo que no tomamos conciencia todavía de lo mal que hace. Yo era una de esas. Estaría bueno que escribas algo, más ahora que se vienen los días lindos”.

El mensaje me lo envió Vane, sin anestesia, por Messenger, algunos días atrás.

La mujer que admiro tanto por su osadía, y que pongo de ejemplo a mis amigas que no se animan a correr “porque no les alcanza el tiempo”, me dejó estupefacto.

Tardé en llamarla porque no salía del asombro.

Cuando me comuniqué, me explicó que padece “un tipo de cáncer leve que merece sólo tratamiento quirúrgico: me sacaron un tumor maligno de la nariz y no hay metástasis”.

Sin embargo agregó que se mantiene con la guardia alta porque esta enfermedad “lo que tiene es que vuelve cuando quiere”.

Vane ya retomó los entrenamientos en la montaña. Acá en la precordillera norte.

Tener cuidado

Vane me explicó las razones de por qué hace público su drama: “Creo -subrayó- que no hay conciencia todavía de lo mal que hace el sol. Yo era una de esas hasta que me tocó. No lo cuento para victimizarme, lo hago para ayudar”.

La trail runnner advirtió que “las mujeres somos más ‘loquitas’ por el sol y entrenamos sin protección a la siesta para quemarnos ‘un poquito’. Éstas son las consecuencias”.

Perfil de una guerrera

  • Vane tiene 38 años recién cumplidos, está casada con Eduardo Lemos y es mamá de tres hermosos hijos.
  • Trabaja en la subsecretaría de Energía del ministerio de Economía y Energía de la Provincia.
  • En épocas “normales” reparte su tiempo entre sus obligaciones de trabajadora, esposa, mamá y trail runner.
  • Su pasión por las carreras de montaña la llevan a entrenar tres veces a la semana con su grupo Outdoor Pesari, de la profe Alejandra Pennisi, y otras tantas con la profe Lucía Parra para hacer funcional.
  • Luego de los tres meses de licencia por maternidad por su tercer hijo quiso volver a trabajar, pero, por la pandemia, no se lo permitieron.
  • Sus amigos del running la bautizaron “Vikinga” por, entre otras cosas, “grandota” y “no tener miedo a bajar fuerte de las montañas”.

Nota para tomar conciencia

Mendoza Corre publicó una nota que le hizo a la dermatóloga Carina Copparoni sobre la necesidad de cuidar la piel del sol para prevenir, entre otras consecuencias, el temido cáncer. Por eso te invitamos a que la leas haciendo click acá.

Asimismo, pronto te ofrecerá una columna complementaria, también a cargo de Copparoni.

Vane junto a su familia.

Fotos: Facebook, gentileza Vane Cañás Vicens

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Claudio Pereyra Moos

Periodista por pasión, más que por profesión. Ultramaratonista de montaña que corre tras ideales: traspasar metas de carreras difíciles, trabajar por una sociedad más justa, viajar para conocer nuevos horizontes.