Los entrenadores de los teams de running y de los gimnasios están viviendo una situación económica muy complicada a raíz del “parate” que obligó la cuarentena del COVID-19.
Es que se conformó una “tormenta perfecta” entre la crisis que se venía arrastrando con anterioridad a la pandemia y el encierro preventivo de la población, que implicó la suspensión de las clases al aire libre y la virtual clausura de los “gyms”.
Asimismo, la ayuda que lanzó el Estado, tanto provincial como nacional, en general, no los alcanzó. Las quejas en este sentido son muchas: los profesionales de la educación física piden asistencia financiera “verdaderamente accesible” y exención de impuestos porque los costos fijos los “ahogan”.
Más allá de los lamentos, no deja de existir, en general, una visión optimista por parte de los “profes”, aunque, de manera tibia, no falta un clima de protesta verbal subrepticio que, evalúan unos pocos, se podría convertir en algo más palpable para llamar la atención de las autoridades.
Desesperación por retener a los clientes
Los líderes de los teams de running pasan por una situación realmente difícil ya que, en general, su “clientela” disminuyó entre un 50% y hasta 100%.
Así las cosas, tratan, desesperadamente, de fidelizar a su clientela bajando la cuota y dando clases online por Zoom, WhatApps o redes sociales.
Pero eso no alcanza porque a muchos alumnos también los alcanzó la crisis y se les hace difícil sobrevivir y, por ende, imposible pagar para entrenar, aunque sea una suma baja.
Pero eso no es todo, porque hay otro factor: tras 50 días de encierro, el cansancio mental no motiva a los runners a seguir entrenando bajo techo.
Cuando la opción es bajar las persianas
En el caso de los gimnasios la situación es peor porque directamente a sus titulares, en la inmensa mayoría de los casos, se les torna imposible mantener una estructura que tiene una gran cantidad de costos fijos como el alquiler, los servicios y la asfixiante presión impositiva.
De esta manera, se viven situaciones verdaderamente dramáticas ya que la única opción es “el mal menor” de cerrar el emprendimiento para no acumular deudas. “Guardo los equipos y cuando mejore el panorama veo”, dicen los profesionales de la educación física.
“No somos valorados”
Los argentinos sabemos que los tiempos de crisis generalizadas son aptos para levantar viejas reivindicaciones y esta no es la excepción.
Así las cosas, en el ambiente de los “profes” reina un agrio concepto: “Vemos –dicen– que no se valora nuestro trabajo y no se lo considera como un factor que contribuye a la salud de la población. Estamos marginados de la ayuda estatal”.
Los integrantes de este sector se caracterizan por tener un gran poder emprendedor, ser positivos y, socialmente hablando, muy tranquilos. No obstante la crisis aprieta fuertemente y algunos, en voz baja y muy tímidamente, empiezan a hablar de protestar “para hacernos sentir. A esta altura nos tendríamos que hacer escuchar”.
A pesar de todo, no se pierde el optimismo
No hay que confundir la descripción de la realidad que se vive, que por lo difícil y dramática duele, con depresión.
Bien sabemos que, en general, las personas ligadas al mundo del deporte, con los profesionales a la cabeza, tienen muy bien desarrollada la resiliencia (capacidad de adaptación a situaciones adversas).
Así las cosas, más allá del panorama difícil que describen, los profesores, en su mayoría, no pierden el optimismo y barajan posibilidades de superación de la crisis.
En esta línea, por ejemplo, no dejan de pensar y prepararse para “el día después” buscando perfeccionar la alternativa “on line” como complemento de sus clases cuando las cosas vuelvan a la normalidad, o desarrollan cursos complementarios a sus actividades, como yoga, nutrición, charlas on line con profesionales destacados, etc.
La voz desde los teams de running
A continuación, la descripción de lo que se vive en voz de sus protagonistas:
– “Me siento absolutamente desamparado en mi profesión por parte del Estado, y también como ciudadano; como así también desde los entes que cumplen función específica en este rubro”. Diego Martínez, líder de 100% Fitness.
– “Vivo este momento con incertidumbre, pero también con optimismo a las nuevas posibilidades del desarrollo de la educación física. Con gran impaciencia y expectativa a la posibilidad de salir a trabajar al aire libre con los grupos de running, pero también consciente de los riesgos que hoy conllevan la posibilidad de correr o realizar actividad física de moderada a alta intensidad por el riesgo de contagio”. Verónica Del Popolo, líder de Mujeres que Corren.
– “Es una situación muy alarmante porque parece ser que nuestro trabajo y actividad van a ser unos de los últimos en permitir. Tengo mucha incertidumbre”. Ana Mora, líder de Locas Lindas Happy Team.
– “Es un momento difícil, pero es bueno saber que trabajo hay, sólo depende de nosotros reinventarnos para seguir arriba de la ola”. Matías Gatica, líder de MG Running Team.
– “Me he quedado sin trabajo ya que no tenía grupo de alumnos y atendía en un gimnasio a socios de un club y me pagaban un sueldo… Nos formamos no sólo para trabajar en colegios sino también en otras áreas de salud y entrenamiento o educación física, entonces ¿por qué siempre tenemos que rebuscar un mango por hora, sea en un club o gimnasio en negro, y quedarnos callados? ¿Por qué nadie nos respalda y da el valor que merecemos dentro de la salud?” Valeria Martínez, líder de VM Fit.
– “Vivo esta situación, por momentos, agobiado pero con la conciencia despierta” . Emanuel Poblete, líder de ATR (A Todo Running).
– “Es una situación compleja que, frente a nuestra profesión, nos llevó a la implementación de otras herramientas para que los corredores puedan seguir entrenando desde sus casas. Pero podemos agradecer que continuamos trabajando”. Matías Fernández, líder de Resistencia Running.
– “Lo que vivimos (con la pandemia) es un cambio difícil. Pienso que nos tenemos que cuidar entre todos. Nos iremos acomodando semana a semana en la medida que se abarquen todas las áreas”. Eve Arbitelli, líder de NutriFe.
– “La cantidad de alumnos (de running y triatlón) disminuyó fácil un 50%. Muchos han ido dejando porque se cansaron de hacer ejercicios en la casa y no quieren saber nada. Pasamos una situación complicada porque nos hicimos cargo de la única pileta climatizada del Valle de Uco (Swimming) y la tenemos cerrada con gastos fijos (alquiler, gas, luz, impuestos). No recibimos ayuda de nadie: ni del municipio ni del Estado (provincial o nacional) porque no estamos acorde a lo que piden. Presentamos los papeles y no nos dieron nada. Presentamos un protocolo de reapertura al intendente (de Tunuyán) que está en estudio”. Ernesto Haurie, líder de Uco Team.
– “En esta realidad que estamos atravesando creo que somos varios los afectados en esta situación. Seguimos poniendo todo de nosotros para que podamos llevar a cabo nuestros procesos de entrenos y que cada uno de nuestros alumnos reciba rutinas, videos y clases en vivo… Lo más importante en la vida es la salud por eso debemos cuidarnos y ser conscientes sabiendo que, poco a poco, cuando todo se vaya normalizando, seguiremos creciendo…” Agostina Bellene, líder de Urban Running.
Grito desesperado desde los gyms
A continuación la voz triste y desesperada de dos propietarios de gimnasios del Gran Mendoza, en un diálogo que mantuvieron en un grupo de WhatsApp que formaron para debatir y ver cómo enfrentar la crisis. Por su pedido, se preserva su identidad.
– “Ni con el protocolo (*) me conviene funcionar. No es rentable. Es más, ni siquiera saco para cubrir los costos. Así voy a trabajar gratis y acumular deudas. Por eso decidí cerrar el gimnasio que me llevó años tener y hace un año gasté un montón de plata para cambiarme de local y reacondicionarlo. Tuve que optar por el mal menor: tener las máquinas paradas y desmantelar el gimnasio porque así no generaré deudas por alquiler e impuestos. Sacaré algo alquilando algún implemento”.
– “Los que podemos aguantar trataremos de seguir aguantando. Lo que más necesitamos es que nos ayuden liberándonos de los impuestos. La ayuda (anunciada desde el Estado) es una mentira porque no conozco a un dueño de gimnasio que la haya recibido. El protocolo es inviable: hice una encuesta entre mis clientes y la inmensa mayoría no va a acudir. Tenemos que luchar para que nos den un subsidio o algo: a mí me llegan igual los impuestos con todo parado”.
(*) Hay un protocolo en estudio para poner en funcionamiento los gimnasios.
Foto de tapa: gentileza gimnasio Millennium
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La provincia no trabaja con los protocolos como otras en fase 4 y debe regionalizar. Hay departamentos que podrían empezar yaaaa. Es que necesitamos dirigentes deportistas que vivan y soporten esta necesidad laboral. Han discriminado severamente las actividades en ambientes naturales. Creo que debe existir una mayor convocatoria de todos los sectores.