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Becas Mendoza Corre II

Diego Carranza, José Luis Pachmann y "Emi" Medina

Mañana se lleva a cabo «La Paz Running Nocturno» y Mendoza Corre becó a tres atletas mendocinos para que puedan participar en este clásico del pedestrismo provincial sin pagar la inscripción.

En esta oportunidad, los beneficiarios son José Luis «Kuky» Pachmann, Diego Carranza y Juan Emilio Medina.

Para recibir este humilde presente no necesariamente hay que ser atleta de élite porque el objetivo que perseguimos es reconocer el esfuerzo que hacen los atletas amateurs para practicar el deporte que tanto aman.

Buscamos poner en relieve los sacrificios que hace un runner como vos para poder participar en una carrera: desde el tiempo que le quitás a tus hijos para entrenar, hasta los malabares que ejecutás diariamente para repartir las horas de tu vida entre tus obligaciones familiares y laborales, pasando por la «magia» que hacés con tu sueldo para poder pagar la inscripción de una carrera o tener un par de zapatillas dignas.

José Luis Pachmann

«Kuky», con 65 años, es una de las leyendas desconocidas, o poco reconocidas, que tiene el pedestrismo mendocino.

Su amor por el trote llega a límites insospechados, a tal punto que en los ’80 se fue a vivir a EEUU para poder practicar más y entrenar mejor su deporte favorito. En tierras norteamericanas participó en dos maratones de New York (’88 y ’89) y uno de Boston (’88, donde fue el mejor argentino clasificado).

Entre sus pergaminos se cuentan cuatro podios de la Maratón Ciudad de Mendoza, génesis de la hoy MIM: ganó en 1987 y tiene además dos segundos y un tercer puestos. También se adjudicó un Campeonato de Gran Fondo. Su mejor marca en maratón es 2 horas, 38 minutos y 50 segundos y en 21K una hora y 11 minutos.

Con un dejo de nostalgia en su voz, nos habló de sus años mozos de atleta: «Recuerdo haber corrido el ‘Maratón Ciudad de Mendoza’ cuando se hacía desde (el departamento) San Martín hasta la dirección de Turismo, en la avenida San Martín de Capital… Se juntaban alrededor de 250 a 300 corredores… Venían de San Juan, San Luis, Neuquén… En esa época corríamos unos 500 en Mendoza… Para mí fue un ‘flash’ llegar a EEUU y participar en competencias con hasta 30 mil corredores, porque allí ya era una explosión el running. De ahí se derramó al resto del mundo y afortunadamente se hizo una moda, digo afortunadamente porque ayudó a propagar una vida sana».

Respecto a cómo se vivía el running en los ’80, nos contó, con un nudo en la garganta por la emoción, que «en esos años los corredores eran todos trabajadores, con profesiones humildes. Pero éramos muy fanáticos y apasionados, como los de ahora. Y siempre éramos muy unidos, porque como éramos pocos nos conocíamos muy bien y teníamos oportunidad de viajar a los nacionales, o a veces a Chile, a Buenos Aires. Nos costaba viajar porque no teníamos apoyo y todo lo hacíamos a pulmón».

A pesar de que los años pasaron, sigue entrenando con la misma pasión y los mismos sueños de cuando era joven. Y tiene importantes objetivos: pretende participar en algún ultramaratón de montaña de 50K («para ver qué se siente», dice pícaro) y correr 42K con 70 años. «Y, por supuesto, correr para estar sano y seguir cultivando la amistad con mis colegas atletas», concluyó.

Nuestro amigo entrena a la siesta porque a la mañana y a la tarde trabaja como gestor o como acompañante terapéutico. Es separado, tiene tres hijos y vive solo. No obstante lo cual puede estar en contacto con sus vástagos, que ya andan solos por la vida.

Mendoza Corre distinguió a «Kuky» porque es de la generación de los «románticos» del running. Esos que corrían cuando pocos lo hacían. Esos que en los ’70, ’80, y hasta fines del siglo pasado, eran vistos como «marcianos» cuando entrenaban en el parque San Martín. Esos que, para correr, no se fijaban si su remera o short estaban hechos con telas técnicas. Esos que usaban gorra de lona. Esos que se ponían las zapatillas que tenían a su alcance, simplemente porque o no había específicas para nuestro deporte o porque la plata no alcanzaba…

«Kuky» en el Maratón de Nueva York.

Diego Carranza

Tiene 46 años. Está separado y es papá de dos adolescentes: Constanza, de 13 años, y Lautaro, de 11. Trabaja, con horario corrido, en una empresa de controladores fiscales y balanzas electrónicas. A pesar de sus ajetreados días laborales tiene contacto con sus vástagos 3 a 4 veces a la semana y se da espacio para entrenar. En este sentido, subraya que «siempre hago una actividad con ellos para que estén activos».

Diego practicó el fútbol de joven y hoy su vida deportiva pasa por el ciclismo y, principalmente, el running. Sus mejores tiempos son una hora 30 minutos en los 21K y 38 minutos en los 10K. Como objetivos se fijó mejorar sus marcas personales y tirarse a los 42K «sin problemas». Participó en competencias como la MIM y la Maratón de San Juan y, con ilusión, expresa que desea viajar más para correr en otros lugares.

Mendoza Corre eligió a Diego para su beca porque es un digno representante de los padres separados que reparten muy bien sus tiempos entre sus obligaciones laborales, familiares y deportivas.

Diego Carranza con sus hijos.

Juan Emilio Medina

Tiene 22 años, vive con su papá, trabaja de lo que venga y el año que viene tiene pensado encarar los estudios de preparador físico en el IEF, donde ya cursó dos años del profesorado de educación física, por lo que aprovechará algunas equivalencias.

Explica su pasión por el running con el siguiente concepto: «Al correr siento libertad y es lo que verdaderamente amo. No tiene explicación el sentir cada latido del corazón con cada movimiento, cuando a cada paso dejás todo…»

Sus mejores marcas son una hora y 19 minutos en los 21K (Media Maratón de San Rafael) y 17 minutos y 28 segundos en los 5.000m. En los 21K del trail Desafío Arenas El Carrizal clavó el cronómetro en una hora y 47 minutos.

Sus objetivos son mejorar estos tiempos para «llegar a un Sudamericano o competir en los nacionales. Sé que es difícil pero estoy dispuesto a darlo todo y sacrificar muchas cosas para lograrlo».

En pos de sus sueños cuenta que comenzó con el «híper entrenamiento y las competencias hace 6 meses y los resultados no han sido malos. Por ese motivo mi entrenador, Leandro Espínola, me dio la oportunidad y la confianza de inscribirme en la CADA, lo cual me dio el empuje para seguir mejorando».

«Emi» se benefició con la beca de Mendoza Corre porque representa muy bien los sueños juveniles y es el ejemplo cabal de que la juventud no está perdida en un país que no siempre la trata bien.

«Emi» Medina en los 21K de la Maratón de San Rafael.

Agradecimiento

Las becas Mendoza Corre fueron posible gracias a la colaboración de la comuna de La Paz, organizadora de «La Paz Running Nocturno».

En este sentido, agradecemos al equipo de Deportes de la municipalidad del Este, encabezado por su director Gonzalo Arrigo, por haber comprendido el espíritu que nos animó, el de reconocer el esfuerzo de los atletas aficionados.

Estas becas pudimos instituirlas en la Media Maratón Nocturna de Mendoza porque la municipalidad citadina se sumó a nuestra propuesta.

No pudimos hacer lo mismo con la Maratón Nocturna de Junín porque sus autoridades no nos quisieron atender.

Fotos: gentileza José Pachmann, Diego Carranza y Emilio Medina
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Claudio Pereyra Moos

Periodista por pasión, más que por profesión. Ultramaratonista de montaña que corre tras ideales: traspasar metas de carreras difíciles, trabajar por una sociedad más justa, viajar para conocer nuevos horizontes.
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Roberto Roqui Quiroga
2 years ago

Kuky una leyenda del atletismo mendocino un gran atleta y exelente persona . Gracias a mendo corre por su beca