La carrera era áspera…
La pendiente era salvaje, el terreno terriblemente técnico y, lo peor, en la atmósfera calurosa reinaba una humedad pegajosa que aumentaba en forma ostensible la sensación térmica.
El corredor bajaba a duras penas esquivando como podía las inmensas piedras que reinaban en el sendero. La marcha era lenta porque esta competencia la tomaba como un escalón más en su entrenamiento hacia un objetivo mayor.
En un momento dado, una conocida, que descendía a buen ritmo, le da alcance, disminuye su marcha y entabla diálogo con él.
–“Hola, me duele el estómago, me dio colitis y tuve que hacer mis necesidades tres veces”, comenta la chica.
–“¿Tomaste algo?”, le contesta el trail runner.
–“No tengo nada, ¿qué puedo tomar?”
–“Tengo Loperamida en mi mochila, si querés te doy un comprimido”.
–“Y, no sé bien qué es”.
–“Cumple el papel de una pastilla de carbón, te ayudará a detener la diarrea”.
El experto trail runner, que tiene en su haber más de 20 ultramaratones en todo tipo de geografía, se para, se saca la mochila y de su interior extrae un botiquín de primeros auxilios que contiene, entre otras cosas, un blíster con los comprimidos antidiarreicos.
La chica toma una de las pastillas y, sin decir gracias, consume el medicamento y continúa su rápido descenso…
La situación descripta fue real.
La vivió el responsable de estas líneas en la última edición de la Champa Ultra Race.
Esta experiencia describe tres cosas graves que suelen ocurrir en el mundo del trail running.
La primera, la inconciencia de muchos atletas que salen a correr ultramaratones sin estar bien equipados y, lo peor, ni siquiera tienen idea de lo peligroso que es eso.
La segunda, la irresponsabilidad de algunos profesores o entrenadores que no controlan a sus pupilos o no les enseñan algo tan importante como el equipamiento que deben llevar en una competencia de largo aliento.
La tercera, afortunadamente algo que no es usual en el mundo del trail running, la actitud poco empática de algunos atletas para con sus pares. Sino no se entiende el gesto de la piba de esta historia que no tuvo la deferencia de al menos darle las gracias al colega que le dio una mano desinteresadamente, tal como dictan los mandamientos de la montaña.
Conciencia
Lo hemos dicho muchas veces, y lo repetiremos miles más de ser necesario: el trail running es un deporte de riesgo porque todo lo que la montaña da te lo puede quitar en un santiamén si no la respetás.
Uno de los factores que hay que tener en cuenta cuando salís a correr por los senderos es el equipamiento de la mochila, que debe portar los elementos suficientes para afrontar situaciones de emergencia.
Qué llevar sobre las espaldas
A la hora de salir a zonas agrestes, tanto en competencias como en fondos largos de entrenamiento, tu mochila, siempre, debe tener un botiquín de primeros auxilios.
Allí debemos llevar, como mínimo, yodo, agua oxigenada, gasas, vendas Cambridge, sutura adhesiva Steri Strip, pinza, tijerita, cinta adhesiva, solución fisiológica, Glucoten o caramelos dulces, guantes de látex, baja lengua, algodón, curitas. No deben faltar medicamentos como Diclofenac (antiinflamatorio), Ibuprofeno (antifebril y aliviador de dolores leves), Loratadina (antialérgico). No estaría de más llevar una férula inflable.
Asimismo, en la mochila no deben faltar fósforos o encendedor, silbato, manta térmica, linterna frontal, teléfono móvil con carga (si tenés un cargador externo mejor), agua potable (no menos de litro y medio), alimentos (barritas de cereales, frutos secos, geles, frutas).
Por otro lado, siempre nos debe acompañar una campera impermeable y, si la salida es muy larga, ropa de repuesto como una remera térmica y calzas largas.
¿Te parece mucho peso? No olvides que en una situación límite estos elementos te pueden ayudar a superar un mal momento, como una diarrea o un traumatismo leve que te pueden costar la carrera. O, en un caso extremo, salvar la vida, por ejemplo si sufrís un extravío o un accidente grave y tenés que esperar un rescate a la intemperie por muchas horas.
Tips para correr seguros en la montaña
A continuación, consejos del jefe de la UPRAM (Unidad Patrulla Rescate Alta Montaña), comisario inspector Antonio Ibaceta:
- “Por sobre todas las cosas, antes de emprender cualquier desafío en la montaña, hay que ser muy conciente y tener los pies sobre la tierra de cuáles son las propias condiciones de cada uno, tanto físicas como psicológicas”.
- “A partir de ahí, diseñar la salida que emprenderemos”.
- “Tener en cuenta la meteorología, conocer la zona y el terreno que transitaremos y, en consecuencia, tener una idea aproximada y certera de los tiempos que nos demandará el recorrido que elegimos”.
- “Es muy importante tener presente que el teléfono no debe ser para escuchar música sino para las llamadas de emergencia. Hay que economizar la batería: muchas veces no hemos podido comunicarnos con un extraviado porque su celular se quedó sin energía”.
- “Dejar dicho a un ser querido o conocido a dónde vamos a ir, cuándo vamos a volver. Al respeto es fundamental no cambiar planes sobre la marcha: si a un familiar le dijimos que vamos al cerro Arco, vamos ahí y no al Áspero, por ejemplo”.
- Contactos UPRAM: teléfonos: 911; fijo base, (261)4440813 o (261)4440988; celulares, 2612408022 (guardia) y 2612408021 (alta montaña). Correo electrónico: patrullarescate-seg@mendoza.gov.ar
Foto tapa: Facebook, gentileza Champa Ultra Race
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Excelente información
Perfectamente explicado y muy real