Las redes sociales se han convertido en una especie de arma virtual que consigue respuestas casi inmediatas, y si bien no reemplaza a un reclamo formal en un organismo oficial, es efectiva, no tiene tanta burocracia y consigue adhesiones que terminan en un verdadero escrache si se trata, por ejemplo, de una empresa que no cumplió con las leyes del consumidor.
Basta con abrir el Facebook para encontrar cientos de casos similares al de un runner mendocino que se gastó más de $10.000 en un par de zapatillas de primera marca y se le rompieron a la segunda salida a la montaña. La viralización del caso le da visibilidad al tema, la empresa se siente escrachada y luego de algunas idas y vueltas, el caso se resuelve “exitosamente” a favor del cliente. Pero ¿hay que utilizar las redes para que nuestro problema tenga un final feliz?
“Las zapatillas se me rompieron al poco tiempo de comprarlas, las llevé al negocio donde me las vendieron en Mendoza (Vaypol). Fui tres o cuatro veces y no me daban respuesta. Luego me comunicaron que Asics (la reconocida marca del producto), había rechazado la garantía por considerar que había sido por mal uso y no por falla del producto”, explicó el runner, que descargó su bronca en su cuenta de Facebook y logró cientos de adhesiones, que al final incidieron en la reacción tanto del negocio mendocino como de la marca Asics.
Después de todo lo que se originó en ese contexto llegó una respuesta positiva de las empresas para reponer el producto. Es decir que más allá de la razón o no de una u otra parte, la marca internacional resolvió que el caso ya había llegado muy lejos. Toda una muestra del poder que adquieren las redes.
Para los que no optan por quejarse en las redes, la pueden pasar peor. Como otro reciente caso que sucede en cuarentena en Mendoza. Walter compró un buff (cuellos de tela multifunción) en el local Salomon del Centro (Maxi Mall). Al lavarlo y secarlo este se destiñó en un sector. “Fui a consultar si tenía garantía, pero me dijeron que desde Mendoza no se hacían cargo y que los responsables eran los fabricantes. Que el buff debía viajar a Buenos Aires y esperar unos 15 días la respuesta. Pasado ese tiempo dijeron que rechazaban la garantía y que si lo quería de vuelta debía esperar el largo viaje desde la Capital a Mendoza. Así el cuello estuvo de viaje más de un mes ”, comentó el corredor.
Este episodio concluyó con el local de Mendoza ofreciendo cambiar el producto, luego de recibir la consulta de este medio para escuchar las voces de lo sucedido.
De esta manera, los casos de estos mendocinos pueden tomarse como simples ejemplos de otros cientos de casos similares que se pueden leer en los muros de usuarios y también en las páginas oficiales de negocios y marcas deportivas. Más aún los episodios crecen durante la cuarentena con compras online.
Pero lo que hay que destacar es que desde los organismos de control instan a que los damnificados realicen las denuncias, ya que en la actualidad el procedimiento es muy sencillo y 100% online.
Las armas legales para utilizar online
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Esta nota, cuya autora es Patricia Losada, es del portal infoMENDOZA (click acá para acceder), con el cual Mendoza Corre interactúa en temas comunes.
Foto tapa: gentileza infoMendoza
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