El trail runner hace de los senderos, de cualquier parte del mundo, el “lugar” donde se encuentra consigo mismo pero también donde se interrelaciona con sus pares estableciendo un lazo invisible y muy fuerte: el de la hermandad de la montaña, ya que la inmensa mayoría de ellos son capaces de dar todo por un colega caído en desgracia, aún a costa de su añorado resultado deportivo.
Pero vaya paradoja, para llegar a ese “lugar” de relaciones humanas muy fuertes, primero debe pasar por los “no lugares”, esos sitios impersonales que un hombre dedicado al trail running detesta, porque allí abundan las relaciones pasajeras, muy lejos de los vínculos humanos que fomenta la montaña.
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| Uno de los tramos entre montañas por donde circularán los trail runners participantes de la Omán by UTMB. |
El sociólogo Marc Augé fue el creador del concepto de “no lugar”, al que define como los “enclaves anónimos para hombres anónimos” como aeropuertos, autopistas, medios de transporte (aviones, trenes, automóviles), estaciones ferroviarias, las cadenas hoteleras, los supermercados…
Para el pensador galo, en los “no lugares” sólo hay relaciones contractuales, diríamos las que nacen del interés (especialmente económico). Son espacios donde es prácticamente imposible establecer lazos humanos, precisamente la antítesis de un “lugar” clásico como la montaña…
Rumbo a mi “lugar” en el mundo
Pensaba en Augé y los “no lugares” durante la tarde de ayer martes en el aeropuerto de Addis Abeba, Etiopía, cuando tuve que hacer una escala de unas tres horas, que se hicieron eternas, para llegar a Muscat, la capital de Omán. En el sultanato árabe participaré, desde mañana, en la Omán by UTMB, 137K que se desarrollarán a lo largo de Jebel Akhdar (o “Montaña Verde”), que forma parte de la cordillera Al Hayar. (Hacé click acá para conocer detalles de esta ultramaratón).
Allí, meditaba que para ir a un nuevo “lugar” debo pasar por un incómodo “no lugar”, donde abundan sonrisas de ocasión de morenas diosas de ébano y de alguna rubia europea en busca de “aventuras” en el tercer mundo; miradas culposas de musulmanas de rostro tapado por burkas; respuestas de compromiso de azafatas de aerolíneas o intimidantes gestos de personal de seguridad…
Pero bueno, no hay mal que por bien no venga: mañana iré a la montaña para seguir encontrándome conmigo mismo y, fundamentalmente, para construir nuevos vínculos humanos.
En definitiva, el sacrificio de tener que pasar por un “no lugar” vale la pena porque lo hago para llegar a mi “lugar” en el mundo…
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| La montaña es para el trail runner su «lugar» por excelencia. |
Informe de último momento
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| La carrera será extremadamente compleja. |
Acaba de concluir la charla técnica de la Oman by UTMB que sirvió para confirmar que será una experiencia fascinante por los paisajes de ensueño que ofrecerá, pero, paralelamente, se reafirmó que será una competencia extremadamente compleja.
A los 7.800 metros de desnivel positivo habrá que agregarle un terreno terriblemente técnico donde habrá que andar con los sentidos activados al extremo. Es que a unas subidas muy violentas habrá que agregarles un suelo a pura piedra, aún más complejo que, por ejemplo, el del pedemonte mendocino: es que acá los senderos serpenteantes «jugarán» muy seguido con peligrosos acantilados que, no obstante, ofrecerán vistas únicas.
Desde la organización dijeron a los participantes, más de 300 de más de 50 países de todos los continentes del mundo, que es una carrera para gente experimentada que deberá recurrir más que nunca a sus conocimientos de montaña y a saber reconocer sus límites.
Mendoza Corre tendrá el orgullo de participar en la primera edición de esta ultramaratón omaní que promete muchas sensaciones que tratarán de ser reflejadas en este espacio, que es de los runners.
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| La experiencia será fascinante y la sentirás gracias a Mendoza Corre. |
Fotos: gentileza Omán Sail
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