A una semana de que los runners y bikers podamos salir a entrenar a las calles y paseos de Mendoza casi sin restricciones cabe hacer algunas reflexiones a los efectos de no perder lo que añoramos tras más de tres meses de encierro por la cuarentena por el COVID-19.
Esta columna no pretende levantar el dedo y señalar culpables, pero sí llamar a la reflexión a los efectos de que la práctica de nuestros deportes preferidos pueda seguir haciéndose saludablemente y con seguridad, para nosotros y para toda la sociedad.
Conciencia
Lamentablemente hemos notado, en los diversos recorridos que hemos realizado por diferentes espacios públicos del Gran Mendoza, que no se están tomando los debidos recaudos a la hora de salir a correr.
En el Parque San Martín, a veces, hay grupos de más de 10 personas que se juntan a trotar y sin respetar el distanciamiento social.
En domingo pasado, en el cerro Arco, se juntó mucha gente que subía o bajada sin tener en consideración los dos metros de separación que las reglas imponen.
Ayer, mientras recorríamos la ciclovía paralela a la calle Irigoyen, en Luzuriaga, vimos a irresponsables que permitían a sus hijos ejercitarse en los juegos y a inconscientes que se hidrataban en un bebedero.
El líder de un team se comunicó con Mendoza Corre para transmitir su preocupación. “Temo que, por la irresponsabilidad de algunos, volvamos atrás. He visto a por lo menos tres grupos de running que se juntaron en el Parque superando el número permitido (10) para entrenar y, encima, sin respetar los dos metros. Se abrazaban y reían. Parecía que se burlaban de las normas”, destacó.
Escribimos estas líneas no para levantar el dedo acusador y señalar “culpables”, sino simplemente para describir algo que está sucediendo y que no debe ocurrir.
La pandemia del COVID-19 es cosa seria: está provocando estragos en nuestra economía y es una amenaza cierta para la salud de la sociedad. Costó mucho sacrificio llegar a donde estamos y no podemos tirar todo por la borda por conductas irresponsables.
Por eso, runners, respetemos las normas (click acá para leerlas) que es respetarnos a nosotros y, principalmente, a nuestro prójimo. Pero, principalmente, respetemos los principios que nos enseñó nuestro deporte, como el de la responsabilidad.
En definitiva, entrenemos con conciencia.
Seguridad
El viernes pasado, subimos, con gran alegría, luego de más de tres meses, el Cerro de la Gloria (click acá para leer la crónica).
A pesar de la felicidad que sentimos debemos decir que un sentimiento de temor nos invadió el cuerpo ya que debimos hacer la trepada, por el camino de los autos, casi solos.
Así las cosas, un sentimiento de inseguridad nos recorrió el cuerpo. No vimos un solo policía. Pensamos que hay que buscar los mecanismos para que no se descuide este aspecto en el cerro emblema del Parque San Martín.
Es cierto que, en tiempos de pandemia, la Policía se tiene que abocar a numerosos operativos muy importantes en pos de la prioridad de estos días: la salud de la sociedad. También es bueno señalar que, ayer por lo menos, se pudo ver un efectivo policial que daba seguridad en la primera curva de la subida de los autos. Aunque, estimamos, ese esfuerzo no es suficiente.
Por eso, creemos que una de las vías para prevenir potenciales hechos de inseguridad en este sector del Parque San Martín, como en el paseo en general, es sumando esfuerzos. Deben fomentarse reuniones con los grupos de runners y bikers, junto a las autoridades, para coordinar operativos y horarios que garanticen la seguridad.
Foto tapa: gentileza Nico Lancellotti
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