Compromiso político

Mendoza Corre te contará qué se siente en este magnífico espectáculo ya que tuvo el privilegio de asistir en julio, en Roma, al capítulo italiano de la gira que los irlandeses decidieron regalar a sus fans para homenajear su mejor obra.

Antes que nada hay que adelantar que se está ante un recital de música que es una magnífica plataforma para dar un mensaje político, tal como nos tienen acostumbrados Bono & Cia.

Un mensaje donde no faltará el llamamiento a la toma de conciencia sobre el drama de los refugiados, un mensaje a favor del respeto a los derechos de la mujer y un mensaje, en forma de grito desesperado, por la paz y la concordia en estos convulsionados tiempos de violencia extremista, de resurgimiento de propuestas políticas xenófobas y de alterados líderes mundiales que con conductas irresponsables crispan aún más los ánimos de las sociedades…

Para transmitir este mensaje de advertencia, pero a la vez de esperanza, qué mejor que la potente voz de Bono, su magnífica oratoria y sus dotes histriónicas ya que él, como ningún otro vocalista del rock, es un auténtico actor sobre los escenarios musicales.

Así las cosas, entre tema y tema, dará discursos para que tomemos conciencia sobre el drama de millones de refugiados en el mundo (“algo increíble”, dirá); vertirá una ácida e irónica crítica a la sociedad estadounidense (“pero es un buen país”, aclarará); sobre la necesidad de superar la violencia de género… En este marco no sería extraño que esta noche de un mensaje por la aparición con vida de Santiago Maldonado (teniendo en cuenta que visitó al Presidente Mauricio Macri para, entre otras inquietudes, plantear el caso del artesano desaparecido). 

El recital comenzará con el desenfrenado Sunday Blody Sunday, continuará con New Year’s Day, Bad, Heroes para desembocar en la primer gran emoción de la noche con la interpretación de Pride (In The Name Of Love), tema que es un homenaje al prócer de la paz mundial Martin Luther King. Aquí, al son del tema, en la fabulosa pantalla gigante que sirve de telón, se escribirán extractos del célebre discurso I Have a Dream (Yo tengo un sueño) del líder por los derechos civiles de EEUU.

A partir de ese momento discurrirán todos los temas del álbum que se celebra en esta gira: The Joshua Tree. Así comenzará el deleite con Where The Streets Have No Name (el punto de mayor éxtasis del recital); I Still Haven’t Found What I’m Looking For; With Or Without You; Bullet The Blue Sky / America (con su ácida crítica a la sociedad norteamericana y su espíritu bélico); Running To Stand Still; Red Hill Mining Town; In God’s Country; Trip Through Your Wires; One Tree Hill; Exit y Mothers Of The Disappeared.

La segunda parte del recital comenzará con Miss Sarajevo, y la infaltable voz de Luciano Pavarotti con el mensaje por los refugiados; seguirá con Beautiful Day, Elevation, Vertigo y Ultra Violet (Light My Way), momento en el cual se homenajeará a las mujeres que lucharon a lo largo de la historia por los derechos femeninos. Ya sobre el final vendrá la gran carga emotiva que representa One  y la despedida llegará con el inédito The Little Things That Give You Away (el cual se rumorea será tema del próximo disco de los irlandeses).

En esta gira no sobresale la escenografía. No es que esté en falta, pero es sobria al lado de lo que U2 ofreció en sus periplos anteriores.

Habrá un gran escenario con una protuberancia en forma del famoso Árbol de Josua (donde Bono paseará con su característico histrionismo) y una imponente pantalla digital de fondo donde se proyectarán en forma de imagen todos los conceptos de los temas que se interpretarán.

Esta romana, del público, fue invitada por Bono a bailar sobre el escenario. Fue uno de los momentos simpáticos del reciltal. Foto: Internet, gentileza de U2gis.com

Mi paso por Roma fue fugaz, tan sólo tres días de julio, poco para conocerla en profundidad, pero suficiente como para vivir una de las experiencias más intensas de mi vida.

La primer noche tiré las tres monedas en la Fuente de Trevi, donde, como romántico empedernido, pedí por el amor esquivo…

Al otro día, como buen runner,  me entrené por las calles y parques romanos. Aproveché el intensísimo calor del verano europeo (el más riguroso en muchos años) para entrenar mi cuerpo ante situaciones límites. Así corrí costeando el río Tíber para contemplar sus majestuosos puentes y monumentos y pasar al lado de históricos edificios como el Castillo de Sant’Angelo.

El recorrido incluyó sus hermosos parques, la muralla romana hasta la pirámide Cestia y concluyó en el histórico coliseo. Una delicia para los amantes del trote (pronto escribiré algo sobre los circuitos romanos).

El último día, previo a la inevitable despedida, visité a la mañana el Vaticano para, ya a la tarde, dirigirme al Estadio Olímpico de Roma a saldar una de las grandes deudas que tenía conmigo mismo: concurrir a un recital de U2, uno de mis grupos de rock favoritos. Y ni más ni menos que en el homenaje al que considero el mejor  de sus discos.

Un viaje soñado…

Trote costeando el río Tíber. Al fondo, el Castillo de Sant’Angelo.

Facebook: Fan Page Mendoza Corre (clikc acá para acceder)
Twitter: @mendozacorreok (click  acá para acceder) 

Esta aventura deportiva, periodística y cultural contó con el apoyo de: 

– Marcelo Villagra. Entrenador, planes a distancia (hacé click acá para acceder a su Fan Page de Facebook).