Una ayuda ergogénica no es más ni menos lo que su nombre indica: producción de energía. En el caso de los deportes, está destinada principalmente al aumento de la capacidad de trabajo y el rendimiento deportivo.
Las podemos clasificar en farmacológicas y no farmacológicas. Las primeras, como muchos saben, resultan ilegales en el ámbito deportivo y por ende están prohibidas en las competencias (anabólicos, hormonas, estimulantes, etc.) No sólo por sus posibles efectos sobre la salud, sino porque también es hacer trampa. En el caso de las no farmacológicas tenemos varias, pero las que nos interesan aquí son específicamente las nutricionales.
Este tema es un mundo bastante complicado, porque a pesar de que la ciencia estudie y dé su veredicto de los que funcionan y no, el marketing publicitario de algunos suplementos suena tan mágico y convincente prometiendo ser la luz al final del túnel, que por su misma promesa de facilidad y efectividad terminan embarrando toda la cancha. Sin mencionar la cadena sinfín de recomendaciones de consumo con el solo hecho de lucrar. Muchas veces con los suplementos “fraudulentos”, por así llamarlos, sucede una especie de efecto placebo. Resulta que además de que comenzaste a consumir dicho suplemento también mejoraste tus hábitos alimentarios, tu descanso, comenzaste a moverte más, etc. Pero la medalla de la poción mágica se la vas a atribuir a ese suplemento y no a los demás cambios significativos que hiciste. No te engañes y que no te engañen.
Habiendo dicho esto, no todos tienen esta fama. Hay muchos suplementos deportivos que son realmente efectivos e inocuos. Deportistas que entrenan doble a triple turno a intensidades altas no siempre pueden cubrir sus demandas energéticas con la nutrición diaria. Necesitan suplementarse y esto no significa pasarse todo el día tomando batidos, sino complementar y acompañar la nutrición adecuada con este tipo de ayudas ergogénicas.
Dentro de estas ayudas no farmacológicas nutricionales no solo incluimos los suplementos, sino que también podemos sumar:
- La modificación de peso o composición corporal. Por ejemplo la disminución de exceso de peso en un corredor de fondo o en un luchador.
- La manipulación alimentaria para mejorar el rendimiento, como la Supercompensación de glucógeno previa a un K42.
Suplementos dietarios
A pesar que muchos de estos suplementos fueron creados con el fin de ayudar al deportista, gran parte de su éxito se debe a su consumo por parte de gente no deportista. Y es que se bombardea tanto con la publicidad exagerada de sus efectos que de repente todo el mundo los quiere. Pero para consumir suplementos hay que asesorarse y ser responsable. El inadecuado consumo de productos diseñados específicamente para deportistas puede traer varios efectos indeseados, como ingerir una mayor cantidad de calorías, proteínas, grasas, etc. de las que realmente necesitas.
La alimentación ideal del deportista es la que tiene en cuenta la cantidad y calidad de los alimentos, el momento adecuado para su consumo y la suplementación.
Algunos de los motivos por los cuales los deportistas optan por el consumo de éstos son, entre otros:
- Aumentar el suministro de energía
- Promover la recuperación entre sesiones de entrenamiento
- Mantener un estado saludable y constante, evitando interrumpir entrenamientos por fatiga, lesiones, enfermedades, etc.
- Mejorar el rendimiento deportivo
- Modificar la composición corporal
Como mencionamos anteriormente, el uso de éstos no reemplazan malos hábitos de alimentación, hidratación, descanso, el fumar o beber en exceso. Es reiterativo, pero no hay pócima mágica. Tiene que estar todo equilibrado y sincronizado.
Antes de la recomendación de uno de estos suplementos deben evaluarse los requerimientos energéticos del deportista, evaluar si hay déficit de micro y/o macronutrientes, problemas de salud, etc. Además de contemplar que sean legales, seguros y efectivos.
Fotos: archivo, gentileza K Series
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