Yo, yo desearía que pudieras nadar
como los delfines, como nadan los delfines.
Aunque nada, nada, nos mantendrá juntos,
podemos derrotarles, para siempre.
Podemos ser héroes, solo por un día.
Yo, yo seré rey
Y tú, tú serás reina.
Aunque nada les ahuyentará,
podemos ser héroes, solo por un día.
Podemos ser nosotros mismos, solo por un día.
«Héroes», David Bowie, del álbum «Héroes» (1977)
La leyenda dice que para crear Héroes, una de las canciones íconos del rock de los ’70 y ’80, David Bowie se inspiró en dos amantes que se besaban contra el ignominioso muro de Berlín. El amor rompía, aunque fuera por un instante, una pared que dividía insólitamente a un pueblo.
En su tema, que marcó a una generación, Bowie era humilde porque hablaba de “amor por un día” ya que esos amantes, luego de su “travesura”, volverían a su vida “normal”, marcada por la asfixiante rutina, ese veneno que, sin darnos cuenta, nos intoxica…
Amor trail runner
Hoy, en el día de San Valentín, hablaremos de un amor nacido a partir de redes sociales (en estos tiempos no podría ser de otra manera) pero, especialmente, besos entre senderos de montañas…
Un amor que no conoce los límites de caprichosas fronteras…
Un amor fruto de la valentía de dos personas que decidieron romper con sus rutinas para vivir algo nuevo y distinto…
Un amor que no nació por un día…
Un amor de verdaderos héroes…
Fran
Fran es Francisca González. Trail runner. Chilena que transita, orgullosa y espléndida, su quinta década de vida. Mamá de cinco hijos y abuela de cinco nietos. Profesora básica mención en inglés, Magister en Gestión. Ex directora del Southland School en Las Condes, Santiago.
Fran tiene un currículum impecable, de esos que le aseguraría a cualquiera un pasar tranquilo y apacible al calor de la rutina y de un buen sueldo.
Pero, más allá de cualquier mérito académico o profesional, Fran es rebelde. Tanto que tiene una historia digna de un guión de película hollywoodense.
Luego de una vida dedicada a sus hijos y matrimonios, y cuando quizás estaba en el cenit de su carrera docente, decidió romper con la monotonía y se dedicó a viajar para correr por las montañas más lindas del mundo.
“Si no lo hacía, después iba a ser tarde”
Fran nos cuenta que “luego de 8 años como directora del Southland School, en Las Condes, Santiago, a los 50 años (y ya con 5 años corriendo trail), decidí renunciar para dedicarme a correr y viajar por el mundo; pensé que si no lo hacía en ese momento, después iba a ser muy tarde… Ya todos mis hijos estaban grandes y vivían por su cuenta, por lo que el salto lo di sola y siempre pensando en que la vida me iba a abrir puertas y me iba a mostrar el camino”.
Seguramente que desde lo económico no fue fácil dar ese paso. Sin embargo, Fran se reinventó y, a partir de su carisma e increíble historia, se hizo influencer. Así, ahí nomás, logró convertirse en embajadora de marcas, principalmente de EEUU. Además creó un grupo de trekking, @mujeresalcerro, y brinda charlas motivacionales “para empoderar mujeres”.
El amor no tiene fronteras
Pero lo más increíble de Fran es su actual historia de amor, que no supo de fronteras ni de distancias. Ni de prejuicios. Ni de miedos. Sólo se guió por lo que le dictó su corazón “y los ojos transparentes de mi gringo”.
Su “gringo” es Ian Morgan, un trail runner neocelandés, que dejó su próspero y tranquilo país para ir a los brazos de su amada en el ajetreado tercer mundo.
Nuestra aventurera nos explica que se conocieron a través de Instagram, donde “comenzamos a conversar sobre distintas carreras, yo tenía en ese tiempo una lista de 10 carreras que quería correr y por ahí empezamos a ver que teníamos muchas cosas en común”.
Embalada en su relato nos cuenta que de Ian le “gustó su honestidad para conversar… Al principio, sólo como amigos corredores… Luego algo cambió cuando hablamos de la vida y de lo que queríamos para el futuro… Cuando ya se acercaba mi viaje a Italia (planificado con anterioridad) le dije que nos conociéramos ahí… Mis hijos estaban preocupados de que me viera con un ‘desconocido’, pero yo sabía que era un buen hombre ¡Tiene unos ojos preciosos y transparentes! ¡Y era tal cual me lo había imaginado!”.
De esta manera, empezaron los encuentros que, como no podían ser de otra forma para dos trail runners de ley, fueron al trote. Se conocieron personalmente en Milán, en 2016, para correr, durante una semana, por las mejores ciudades de Italia.
Luego de la primera despedida, sucedieron otros encuentros por el mundo. Así, viaje va y viaje viene, llegó el momento de decidirse y transitar el no siempre fácil camino del amor. Ian vendió sus propiedades en Nueva Zelanda y se fue a vivir a Chile, donde también se dedica a ser influencer y representante de marcas. Ambos siguen viajando para correr, juntos, los mejores trails del mundo.
“Hay que buscar una pasión en la vida”
Fran nos deja un mensaje de vida, especialmente para los que la asfixiante monotonía de la rutina diaria los hace infelices.
“Yo creo –nos dice– que hay que buscar una pasión en la vida, sin importar lo que sea. Encontrar algo que nos guste mucho hacer. Y hacerlo mucho… Mi consejo es no pasar por esta vida sin disfrutarla ¡La vida no puede ser solo trabajar para pagar cuentas! Otro consejo es atreverse a salir de la zona de confort: mucha gente se queda en trabajos que realmente no le gustan o en relaciones que no te hacen bien… por miedo a no tener otra cosa. Yo soy de la idea de que uno vino a esta vida a ser feliz. Y así vivo todos mis días, disfrutando y agradeciendo”.
Jamás rendirse
Otra lección, en este caso de lucha, que sacamos de Fran es a partir de su trayectoria deportiva.
Luego de una vida dedicada al deporte, en 1997 sufrió una caída que le provocó dos hernias lumbares, que le impidieron hacer actividad durante casi cinco años, momento desde el cual empezó a hacer gimnasio.
“Me dijeron que no podía correr nunca más”, recuerda. No obstante su espíritu indomable la llevó, “hace 10 años, a caminar en el cerro. Poco a poco me di cuenta que no me dolía correr. Así, hace ocho años, comencé corriendo. Partí caminando en el cerro y me empezó a gustar bajar corriendo… Desde ahí me entusiasmé, y me gustó. Hoy corro ultramaratones…”
Anécdotas entre senderos
-“Las carreras más largas que he corrido han sido las que más me han marcado porque son muy difíciles de terminar y para mí es un tremendo desafío llegar a la meta. Hasta ahora, las que me dejaron una huella fueron Lavaredo Ultra Trail 120K, en Italia, y Madeira Ultra Trail 116K, en Portugal”.
-“Siempre había escuchado anécdotas sobre alucinaciones en carreras de larga distancia y me tocó vivirlas en Lavaredo. Los últimos 10 kilómetros iba alucinando; aunque no tenía miedo, sino asombro de ver cómo la mente, cuando está fatigada, te puede engañar y hacerte ver vida donde no la hay…”
-“Mis 5 hijos apoyaron mi decisión cuando renuncié a mi trabajo para dedicarme a correr y viajar… Y mis nietos a la única abuela que conocen es a su abuela corredora… Soy una abuela muy preocupada, cuando vuelvo de mis viajes lo primero que hago es ir a verlos…”
Fotos: Facebook, gentileza Francisca González
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