Ultra Trail Guaraní salvaje

El mallorquín y la guaraní cruzaron la meta juntos, ya que en el último tramo de la prueba Tania le dio alcance a Julio, lo cual marca el gran nivel que desplegó la chica de Asunción, máxime si tenemos en cuenta que hace solamente dos meses participó en las 100 millas de la Patagonia Run.

El español Julio Aguilar (izquierda) junto a los paraguayos Tania Sapoznik e Ivan Doutreleau.

Aguilar precisó de 18 horas 06 minutos y 56 segundos para recorrer los 101,5K, con 3.950 metros de desnivel positivos, propuestos por la organización. Fue escoltado por los paraguayos Ivan Doutreleau (18:06:58) y Matías Zaldivar (21:11:44).

Asimismo, el podio femenino estuvo compuesto por la mencionada Sapoznik (18:06:56), la brasilera Keidy Roze Cima Pontos (22:38:12) y la también paraguaya María Raquel López Moreira (24:25:25).

Si querés conocer los resultados completos de la general, categorías por edad incluidas, hacé click acá.

La UTG es una carrera que tiene unas pendientes salvajes.

Si hay algo que caracteriza a los deportistas paraguayos es su espíritu de lucha ya que su entrega es absoluta. Los argentinos lo sabemos muy bien por el fútbol, nuestro deporte más popular, aunque esa máxima guaraní es aplicable a cualquier disciplina deportiva. Una sola palabra alcanza para definir a los atletas del país hermano: bravura.

Pues bien, la UTG responde a esa filosofía paraguaya: es una carrera brava que exige a los trail runners todo, y un poco más también.

La carrera es muy técnica ya que los corredores deben sortear todo tipo de obstáculos.

Si analizamos los números fríos que entrega la organización de la competencia podríamos decir que la UTG es una carrera accesible, a lo sumo demandante, pero no brava: 101,5K con 3.950 metros de desnivel positivo no se ven algo complicado, cuando la mayoría de los ultra trails de esa distancia superan con creces los 5000 metros de trepada.

Sin embargo, las pendientes salvajes de los cerros que hay que arremeter hacen del UTG un trail terriblemente difícil: es que son un suplicio para las piernas las inclinaciones de los cerros 3 Kandú (el más alto de Paraguay), Amor (bautizado como “amor perro” por este cronista por lo terriblemente empinado) y Corá, aunque tampoco hay que menospreciar las de los cerros Akatî, De la Cruz y León.

Habían tramos de la carrera que daban vértigo…

Hasta ahora hablamos de las subidas, pero las bajadas de dichos picos son aún más terribles, con declives terroríficos por su agudeza y por las complicaciones del terreno, plagado de grandes piedras (resbaladizas por el musgo de la selva) y traicioneras raíces superficiales de los árboles autóctonos.

Sin embargo, estas terribles propuestas pudieron ser peores de haberse registrado lluvias durante el transcurso de la carrera o los días previos, como ocurrió en las tres ediciones anteriores de la UTG. En ese caso, el barro, que se hubiera formado por las características del suelo selvático, hubiese tornado la empresa de los atletas en algo aún más titánico.

Los atletas «sufrieron» con las pendientes pero se maravillaron con los paisajes.

La UTG pide mucho, pero también da: es un placer para los ojos contemplar los hermosísimos paisajes de la reserva Ibyturuzú, con sus verdes profundos, y causa éxtasis correr sintiendo en los pulmones el aire húmedo de la selva paraguaya…

Asimismo, es notable la calidez y simpatía de la gente que alienta a los costados de las huellas por las que se transita: es reconfortante el aliento de los “gurises» o escuchar las “guaranías” (género musical popular paraguayo) que propalan los lugareños vía sus equipos de audio desde sus humildes moradas.

La calidez de los lugareños para con los atletas fue manifiesto.

A parte de la carrera estrella de 100K, la UTG propuso tres distancias más: 50K, 22K y 10K.

En el caso de los 50K, el podio masculino estuvo compuesto por los paraguayos Cristian Aranda (6:20:46), Juan Gaona (6.45:33) y Agustín Cosp (7:26:26); mientras que el femenino por las argentinas Melisa Moyano (7:45:05), Silvina Bompart (7:47:34) y Dalila Bosco (7:57:59).

Todas las distancias ofrecieron lindos paisajes.

En cuanto a los 22K, los tres primeros fueron los paraguayos Raúl Benítez (1:54:00) y Antonio Espínola (2:20:47) y el argentino Martín Bueno (2:20:53).
Las mejores chicas fueron la estadounidense Lizzie Gill (2:07:09), la paraguaya Lilia Martínez (2:33:39) y la brasilera Mari Deguchi (2:37:16).

En los 10K masculinos los dueños del podio fueron los paraguayos Edison Sanabria (0:53:10), Gerardo Monzón Alderete (1:03:33) y Fernando Cardozo Ayala (1:06:35). Y las tres primeras fueron las paraguayas Berchin Cuenca (1:07:09), Fátima Villar (1:08:29) y Fabiana Melgarejo (1:11:57).

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Las carreras tuvieron sus tramos por huellas.

Mallorca de fiesta. Si de deporte hablamos, el fin de semana pasado los mallorquines tuvieron motivos para festejar ya que al decimoprimer Roland Garros que ganó su hoy atleta por excelencia Rafa Nadal se le sumó la victoria de su coterráneo Julio Ramón Aguilar en la UTG. El trail runner amateur, de 39 años de edad, se enteró de la carrera paraguaya vía Facebook, le gustó la propuesta y no dudó en sumarse. “Me gustan las carreras largas y sentí que había llegado el momento de experimentar nuevas sensaciones”, declaró el español luego de la ceremonia de premiación, al referirse a su experiencia paraguaya. Es que, según dijo a Mendoza Corre, disputó varias pruebas importantes en su continente y vio que era hora de salir de Europa. En cuanto a la prueba en sí, no dudó en calificarla como “muy dura, especialmente por sus bajadas, como las del cerro Amor”.

Súper chica. Muy buena fue la perfomance de la paraguaya ganadora de los 100K, si tenemos en cuenta que terminó junto al ganador de los 100K masculinos y que tan sólo dos meses antes salió sexta en las 100 millas de la Patagonia Run (San Martín de Los Andes). Tania Sapoznik declaró que la UTG es una “carrera hermosa”, aunque “muy dura” porque “es muy técnica”. Asimismo dijo sentirse “orgullosa” que su país ofrezca una competencia “de este nivel”. Tania ganó la Ultra Guaraní por segunda vez
consecutiva (el año pasado además salió cuarta en la clasificación general).

Pasos cortos pero firmes. La UTG, poco a poco, se afirma en el calendario del trail running sudamericano. En la primera edición, en los 100K, se anotaron poco más de 20 atletas y este año, en su cuarto capítulo, fueron más de 60. Pero entre todas las distancias corrieron más de 350. Además de
paraguayos, participaron runners de Argentina, Brasil, Uruguay, España, Austria y EEUU. Más allá de que como toda carrera nueva tiene detalles que
corregir, en el ambiente del ultramaratonismo de montaña se dispersa la fama de que la UTG es una muy buena opción para la aventura por su complejidad y sus aciertos. Su responsable, Gustavo Arriola, explicó que su emprendimiento está hecho desde abajo. Este joven, que se dedica a la informática, es un trail runner oriundo de Asunción que utiliza desde siempre la reserva de Ibyturuzú como su campo de entrenamiento. “Trotando por acá pensaba ‘por qué no hacer una carrera en esta zona’ y así nació esta idea”, explicó a Mendoza Corre. Gustavo se encuentra abierto a las sugerencias porque tiene como obsesión mejorar para que la UTG sea un ícono en su país. Lo puede lograr porque es realmente atractivo correr en una selva con salvajes pendientes y un montón de dificultades más.

Gustavo Arriola, el responsable y organizador de la UTG. Foto: Claudio Pereyra Moos

La alegría es brasilera. Como era de esperar, por razones geográficas, abundaron en la UTG los trail runners cariocas, como los chicos del team de San Pablo AZ Running, conducidos por su profesor Ailton Zulu. Su buena onda fue permanente.

Los chicos del team de San Pablo AZ Running con su profe Ailton Zulu (pulgar en alto). Foto: Claudio Pereyra Moos.

A puro sapucai. Los atletas correntinos de la localidad de Goya María Eugenia y Santiago Ballara, junto a su amiga Miguelina Kachurak dijeron presente en Paraguay.

Los hermanos correntinos Santiago y María Eugenia Ballara con su amiga Miguelina Kachurak (al medio). Foto: Claudio Pereyra Moos.

Diosas paraguayas. La belleza guaraní estuvo en la UTG de la mano de las chicas de Todos Somos Corredores, el team de Asunción del cual también forma parte la ganadora de los 100K Tania Sapoznik.

Las chicas del team Todos Somos Corredores, fieles exponentes de la belleza paraguaya. Foto: Claudio Pereyra Moos

MV Adventure Team presente. María Eugenia Ballara y el responsable de este blog, integrantes del team del entrenador tucumano Marcelo Villagra, coincidieron en la tierra guaraní para participar de una carrera tan dura como atrapante.

Claudio Pereyra Moos y María Eugenia Ballara del MV Adventure Team.

Trail runners trotamundos. Peter Muller es un sociólogo austríaco radicado en la capital paraguaya, donde se dedica a la docencia universitaria. Israel Martínez es un español que trabaja en un centro cultural que también funciona en la ciudad cabecera guaraní. A ambos los une la pasión por el trail running y, por razones obvias, no podían perderse la UTG.

Doloroso. Señalamos la calidez de los paraguayos y de la belleza de su país. No obstante no podemos dejar de hablar de una realidad que es una constante en toda Latinoamérica: la pobreza. Causa mucho dolor ver a los “gurises” caminar descalzos con un halo de tristeza en sus rostros. Desgarra el corazón tanta injusticia. Ojalá los latinoamericanos podamos superar algún día las tremendas brechas sociales que sufren nuestras sociedades.

Dignidad. En este sentido, la UTG cumple un rol doblemente solidario: por un lado llamó a la donación de ropa de abrigo para las comunidades pobres de la zona. Así las cosas, se recolectaron decenas de abrigos que fueron donados a la comunidad indígena Yvyty Mirî. Pero lo más importante es que este evento deportivo dio trabajo a la gente: por ejemplo, a varias familias rurales, que generalmente viven en condiciones precarias, se les dio trabajo ya sea limpiando los senderos para los corredores o atendiendo a los trail runners en los puestos de asistencia.

Cita insoslayable. Por eso, todo trail runner debe asistir a las futuras ediciones de la UTG, no solamente porque será partícipe de una aventura apasionante sino porque ayudará a movilizar una economía aportando trabajo a la gente de la zona.

Los corredores, con su participación, ayudan a la economía del lugar.

Fotos: Facebook, gentileza Ultra Trail Guaraní (Diego Winitzky)
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