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Trotar al ritmo de la historia

En su primera salida trailera por España, Mendoza Corre recorrió sendas del municipio madrileño San Lorenzo de El Escorial, admirando hermosos paisajes llenos de encanto.

Como cualquier recorrido europeo, a cada paso que se da no sólo se llenan los sentidos por la belleza natural sino por la historia que se palpa en cada rincón.

Poco antes de llegar a la cima del Abantos se encuentra esta fuente de agua potable. Cualquier detalle, por mínimo que sea, en España tiene su costado histórico y llamativo.

Circuitos para todos los gustos

Lo bueno que tiene España es que el trekking y trail running están tan valorados que cada ayuntamiento y comunidad tienen incontables rutas para recorrer caminando o trotando.

Lo más lindo es que todas las sendas están perfectamente señalizadas por lo que es muy difícil perderse: simplemente hay que salir con ganas y tomar cualquier camino que sus marcas te llevarán a un hermoso lugar lleno de historia.

Y si quieres ser más metódico, lo único que debes hacer es preguntarle a cualquier lugareño que seguro te indicará a dónde ir por la alternativa más conveniente, o recurrir a una oficina de turismo que te darán un mapa perfectamente legible.

No en vano, la principal fuente de ingresos del país ibérico es el turismo, donde el senderismo ocupa un lugar muy importante.

Los senderos en España están perfectamente señalizados, por lo que es difícil perderse.

Rumbo a Abantos

La primera salida de Mendoza Corre fue por el monte Abantos (1.753 msnm), una montaña muy bella con una gran cantidad de senderos para recorrer que te llevarán a su cima.

Nosotros elegimos la Ruta del Pinar de Abantos ya que es una senda que avanza por un bosque donde predominan los pinos.

Para llegar a la cima, simplemente seguimos las señas marcadas en árboles y rocas, consistentes en dos rectángulos paralelos, uno rojo y otro blanco.

Así, llegamos al punto más alto, a los 1.753 msnm, luego de recorrer poco más de 4 kilómetros con un desnivel positivo de unos 500 metros, aproximadamente.

Lo bueno es que el recorrido se hace en un ambiente muy agradable, aún a pesar del calor que nos tocó con más de 30°C, por las sombras reparadoras y aromas de los pinares.

Lo más lindo es la vista que se puede apreciar desde el punto más alto: a un costado, el histórico ejido urbano de San Lorenzo de El Escorial, al otro la basílica Valle de los Caídos.

De esta manera, cuando apreciamos desde arriba el histórico municipio podemos regocijarnos con, entre otras joyas arquitectónicas, el histórico Monasterio San Lorenzo de El Escorial donde descansan los restos de casi todos los reyes de la historia española.

Vista del ejido de San Lorenzo de El Escorial, con su histórico monasterio (al centro de la foto).

Ignominia

Asimismo, desde otro punto de la cima del Abantos y hacia el lado opuesto al ejido urbano, vemos el valle Cuelgamuros, donde se construyó la basílica Valle de los Caídos.

Esta monumental obra, que cuenta además con una imponente cruz de piedra de 150 metros de alto y brazos de 24 metros cada uno, fue mandada a construir entre 1940 y 1958 por el dictador Francisco Franco.

Allí se encuentran enterrados más de 33 mil cadáveres de combatientes de la guerra civil española, especialmente del bando republicano. Es la mayor fosa común de España con más de 12 mil cuerpos sin identificar, que fueron trasladados sin el consentimiento de los familiares de las víctimas.

Franco mandó a construir el Valle de los Caídos, en un principio, en honor a los caídos de su bando, aunque después decidió reconvertirlo en un sitio de “reconciliación”.

En la misma basílica, que fue levantada con mano de obra esclava proveniente de los presos políticos del régimen franquista, están los restos del cruel dictador.

Hoy, tímidamente, en España se debate qué hacer con esta fastuosa obra, representante de una de las mayores ignominias de la humanidad ya que la dictadura franquista fue la responsable de la desaparición de cientos de miles de presos políticos.

Vista del valle Cuelgamuros, donde está la monumental cruz del Valle de los Caídos (a la izquierda), con su basílica, monumental obra mandada a construir por el dictador Franco.

Detalles a tener en cuenta

-Para llegar a San Lorenzo de El Escorial, perteneciente a la Comunidad de Madrid y sito a 47 kilómetros de la capital española, se puede llegar por micro, desde la terminal Moncloa o por tren, desde la Estación Atocha.

-Está bueno ir bien temprano para, luego de recorrer al trote los senderos de San Lorenzo de El Escorial, pasear por las calles del municipio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Además de regocijarse con reliquias arquitectónicas por doquier es altamente recomendable disfrutar de los manjares gastronómicos de las decenas de bares y restoranes, con precios relativamente accesibles, aunque en plan “gasolero” se puede beber una “caña” (copa de cerveza) acompañada por una rica tapa (bocado de algún manjar español).

El primer tramo de la trepada al Abantos posee un considerable desnivel.

Agradecimientos

Esta aventura periodística, cultural y deportiva, cuenta con la colaboración de:

  • Marcelo Fabián Villagra, entrenador de running y trail running, planes a distancia (click acá para acceder a su perfil de Facebook).
  • Instituto Austral, pionero en el deporte cardioseguro (click acá para acceder a su web)
  • MSA Projects Marketing Digital (click acá para acceder a su web).
  • Diego Guzmán: nutricionista especializado en deporte y obesidad; socio fundador del team Nutrifé; encargado del equipo terapéutico de los institutos Rodríguez Saa, Rehabilitarte y Austral. Click acá para acceder a Facebook.

Fotos: Claudio Pereyra Moos

Facebook: Fan Page Mendoza Corre (clikc acá para acceder)

Twitter: @mendozacorreok (click  acá para acceder)

YouTube: Mendoza Corre (click acá para acceder)

Instagram: @mendozacorreok



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Claudio Pereyra Moos

Periodista por pasión, más que por profesión. Ultramaratonista de montaña que corre tras ideales: traspasar metas de carreras difíciles, trabajar por una sociedad más justa, viajar para conocer nuevos horizontes.