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Nutrición en invierno (parte 1)

Inevitablemente, como cada año, llegan los días más fríos y con ello una gran serie de cambios en los patrones alimentarios, de vida y de actividad física que veníamos teniendo.

De la misma manera que empezamos a usar ropa de abrigo y nos preocupamos por no pasar frío y protegernos de las bajas temperaturas, con la alimentación ocurre lo mismo, el cuerpo trata de compensar y mantener su reserva de calorías para mantener su temperatura corporal.

De repente nos surge ese deseo y necesidad de comidas más calientes y, por lo general, más calóricas. El yogur con cereales, el consumo de agua, ensaladas y frutas se vuelven opciones menos tentativas ante el hipnótico olor de la panadería, los churros, el chocolate caliente, los guisos, etc. Y no está mal, en lo absoluto. El asunto se vuelve complicado cuando la frecuencia de estas ingestas y la cantidad de las mismas aumenta desproporcionadamente sumando que a veces la actividad física también disminuye drásticamente.

Los días son más cortos, hay menos horas de luz y gran parte de la motivación empieza a decaer. Salimos cansados de trabajar y de repente está oscuro, frío, nos da “fiaca” o tenemos miedo de enfermarnos por las bajas temperaturas, un factor de relevancia dada la situación actual que atravesamos con el coronavirus COVID-19  .

Así es que llegamos a un desequilibrio en nuestra alimentación y al gran combo saboteador perfecto para saltarse los entrenamientos. Es por esto, dentro de otros factores, que durante el invierno la composición corporal se ve un poco afectada.

Sí se ha visto que el metabolismo basal, es decir, el gasto energético en reposo que tenemos para mantener las funciones vitales del organismo, se ve un poco modificado y aumenta con la exposición a temperaturas muy frías. Esto es porque requiere un poco más de energía para aumentar la temperatura corporal. No obstante, hay formas de compensar esto sin la necesidad de tener que consumir excesos de calorías vacías, grasas saturadas, azúcares y productos refinados.

Como regla general, un estilo de vida saludable con buenos hábitos alimentarios debería ser algo de todos los días, y no sólo por épocas o estaciones, sobre todo para quienes realizamos deporte.

Esta alimentación saludable tiene que ver con:

  • Aportar variedad de alimentos,  sobre todo frutas y verduras para obtener vitaminas, minerales y fibra. Como dijimos, es lo que más se suele dejar de lado en esta época y son de gran importancia para el sistema inmunológico.
  • Elegir alimentos poco procesados.
  • Asegurar un bajo aporte de azúcares, sodio y grasas perjudiciales.
  • Controlar el consumo de alcohol.
  • Elegir formas de cocción apropiadas, priorizando el horno, plancha, vapor, etc., evitando las frituras. Ahora en invierno, los guisos no son mala opción, pero tenés que cuidar que un guiso simple y nutritivo no se vuelva en una bomba atómica que no te deje mover por horas por agregarle chorizo, panceta, etc.
  • Adaptar la alimentación al ritmo de vida de uno, sin descuidarla, teniendo en cuenta los entrenamientos, gustos, hábitos, horarios, etc.
  • Hacer al menos las 4 comidas diarias equilibradas.

Además, el cambio de temperatura ambiental repercute en el rendimiento de cada persona y más aún si se realiza deporte de alta intensidad. Ni hablar si se lleva a cabo en zonas donde este cambio climático se hace notar más como lo es en la montaña y cerros.

Por esto es que a esta alimentación saludable se le suma el plus de la nutrición para el rendimiento, donde analizando todo este panorama se busca optimizar el rendimiento, aportar la energía suficiente para cubrir las demandas, buscar una composición corporal óptima para el deporte realizado, favorecer la recuperación post entrenamiento, asegurar la hidratación adecuada, favorecer el sistema inmunológico para evitar lesiones y enfermedades y además mejorar la recuperación de lesiones y enfermedades ya existentes.

Cuando hace frío, los runners seguimos corriendo pero debemos tener en cuenta la nutrición apropiada. Foto: Claudio Pereyra Moos.

Belén Yaquinez: Licenciada en Nutrición (Universidad Maza) con una especialización en nutrición deportiva. Antropometrista ISAK II. Trail Runner.

Foto Tapa: archivo, Claudio Pereyra Moos

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Belén Yaquinez

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Susana
4 years ago

Gracias por tus consejos. Es cierto que en invierno es más dificil hacer ejercicio,pero hay que ponerle voluntad!