Entre el miércoles y domingo pasados se desarrolló en San Martín de Los Andes, con el volcán Lanín como testigo, la prestigiosa ultramaratón de Montaña El Cruce, donde sus senderos fueron transitados por varios trail runners mendocinos.
Entre otros comprovincianos, en categoría individual participaron Romina Grande (Osky Tello Team), Ana Carolina Sánchez (Alto Running), Gabriel Hernández (Grupo Kemelmajer), Inés Izquierdo (Alto Running), Carolina Sánchez (Grupo Kemelmajer), Gustavo Silvetti (Resistencia Team), Luis Ogalde (Outdoor Pesari), Guillermo Bermejillo, Nerina Cornejo (Resistencia Team), Ricardo Valles (Alto Running), Maxi Nacarro (Resistencia Team), Osvaldo Funes (Alto Running), Claudia Badino (Alto Running).
En duplas femeninas participó la compuesta por Gisel Melero y Carina Modon; mientras que en parejas mixtas hizo lo propio el matrimonio, de Osky Tello Team, de Laura Delgui y Diego Lijavetzky.
Podios
La Osky Tello Team Romina Grande consiguió un valioso tercer puesto en la general femenina en la tanda de corredores que largaron el jueves (5).
Asimismo, en la categoría Teams Damas, la dupla de Gisel Melero y Carina Modon, terminó cuarta en la general y tercera en la categoría por edad.
Además, en la categoría Teams Mixtos, Laura Delgui y Diego Lijavetsky salieron décimos en la general y primeros en la categoría por edades.
La carrera
En este año, la 18° edición de El Cruce tuvo como ciudad anfitriona a San Martín de Los Andes y los atletas debieron recorrer unos 100K en tres etapas por sendas del Parque Nacional Lanín.
La carrera, que entre las tres etapas tuvo un desnivel positivo acumulado de unos 4.500 metros y una altura máxima de 2.249 msnm en la primera etapa, se caracterizó, como todos los años, por ofrecer paisajes alucinantes.
Esta competencia tiene la particularidad de que entre cada etapa los trail runners descansan en campamentos dispuestos por la organización. Los vivacs se disponen en las playas de espejos de agua patagónicos (este año fueron el lago Huechulafquen y la laguna La Kika). Esto es propicio no sólo para apreciar vistas bellísimas sino también para pasar gratos momentos de camaradería.
La largada fue a varios kilómetros de San Martín de Los Andes, pero la llegada sí fue en dicha villa patagónica.
Los trail runners largaron en tres tandas: D4, el miércoles 4, donde largaron, individuales (con elites incluidos) y los teams por duplas; D5, el jueves 5, individuales y el D6, el viernes 6, también individuales. En los tres casos el circuito fue el mismo.
Las clasificaciones generales
En la individual D4, el ganador fue el neuquino Sergio Pereyra (entre las tres etapas sumó 8 horas, 12 minutos y cero segundo). Lo acompañaron en el podio los peruanos Remigio Huaman (8:22:06) y Gamaniel Huaman (8:47:50). Las tres primeras atletas fueron la del Reino Unido Holly Page (10:08:47) y las argentinas Roxana Flores (10:21:54) y Belén Barrera (11:20:44).
En cuanto a las duplas masculinas el podio fue de los atletas argentinos Lucio Filippi y Gustavo Reyes (9:19:36); Sergio Trecaman y Maxi López (9:28:37) y Germán y Pablo Serratti (11:21:23).
Las tres primeras parejas femeninas también fueron argentinas: las compuestas por Roxana Lescano y Verónica López (14:37:11); por Daiana García y Celene Posada (15:16:26) y por María Simaro y Gloria Boullon (17:09:48).
En cuanto a los teams mixtos, el podio estuvo compuesto por las duplas de los colombianos Paola Fierro y Francesco Páez (11:56:41); por la francesa Guiraud Lea y el suizo Michel Vorlet (12:18:34) y por los brasileros Cia Dos Cavalos y Rovana Capos (13:21:50).
En la individual D5 los tres primeros fueron el mexicano Alejandro Miranda (10:03:46) y los argentinos Oscar García (10:09:39) y Gonzalo Yorlano (10:44:44). Las mejores chicas fueron las argentinas Carolina Angeli (13:07:25), Lorena Saravia (13:23:41) y la mendocina Romina Grande (14:12:50).
En la individual D6 el podio masculino fue del argentino Leonardo Gutiérrez (10:10:02), del uruguayo Pablo Piñeiro (11:53:15) y del también argentino Cristian Godino (12:17:04). Las tres primeras damas fueron la chilena Domina Gana (12:22:26) y las argentinas Lorena Figueroa (13:14:24) y Alejandra Caputto (14:25:16).
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“Un sueño hecho realidad”
Para que una protagonista nos explicara el circuito y las sensaciones que provoca participar en el mítico El Cruce recurrimos a la mendocina Romina Grande, la atleta de Osky Team que concluyó tercera en la general femenina de la individual D5.
“Participar en esta carrera fue un sueño hecho realidad”, comenzó diciendo esta martillera pública y corredora inmobiliaria de 43 años de edad que ama a la montaña tanto como a sus profesiones.
Romina, que vive en pareja, explicó que “siempre practiqué alta montaña, haciendo cumbre en los cerros más importantes, Aconcagua incluido. Además siempre corrí como parte de mi entrenamiento. Este año decidí participar en mi primer ultra, los 70K de Patagonia Run en abril”.
La andinista aconsejó a todos que se animen a practicar un deporte y que lo hagan con pasión porque “cuando te apasiona algo siempre existe tiempo”. Esto porque le preguntamos cómo hace para compatibilizar sus largas jornadas laborales con los duros entrenamientos y la vida personal con su compañero de vida y demás seres queridos.
“Fue una locura”
En cuanto a la carrera en sí, Romina explicó que “el primer día de la carrera fue una locura al pie del Cerro Lanín que disfruté a pleno mientras corría. Pasamos muchos planchones de nieve y cuando empezamos la bajada ya fue otro disfrute metiéndonos entre la hermosa vegetación (patagónica)”.
La segunda jornada “comenzamos a correr de acuerdo a la llegada del primer día. Yo salí 106. Otra vez nos tocó un excelente tiempo. Tuvimos un recorrido súper marcado. Sólo había que tener cuidado con ramas y raíces ya que el día anterior hubieron varios lastimados. Compartí el camino con muchos hombres que continuamente alentaban a seguir. En los oasis (puntos de avituallamiento) me alentaban porque iba tercera. El recorrido tuvo mucha arena, algo que mis piernas sintieron. Pero fue un placer correr por los senderos anchos que ofrecían paisajes impresionantes”.
En la última jornada, “sentí los nervios. Salí en los primeros micros, de acuerdo a la clasificación general, que nos llevaban al punto de largada, donde nos esperaban con un globo aerostático y un espectáculo que nos alentaba a vivir el último día a pleno. Empezamos subiendo y subiendo. La fortaleza radicó en decir ‘se puede más allá del cansancio’. Pasar por la laguna La Kika fue algo muy bello ¡La bajada una locura! La primer parte, al tener piedras, me encontré con un terreno similar al mendocino. Lo disfruté a pleno. Al llegar me llenó una emoción indescriptible. ‘Lo logré’, me dije y me acordé de todos los seres queridos (mis papás, mi pareja…) que me apoyaron porque sin ellos no sería posible esto”.
Para concluir, Romina transmitió lo que denominó “los placeres de El Cruce”, entre los que contó “llegar a la meta de las dos primeras etapas, para ponerme a secar la ropa y tomar mates con los compañeros del campamento a los que considerás tus amigos. Otra cosa impagable fue mojar los pies en las aguas de los lagos…”
Fotos: gentileza El Cruce
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