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Corriendo por un sueño…

Agustín Pinti

“Mi sueño es, a largo plazo, representar a la Argentina en los Juegos Olímpicos, en París 2024 o en los de 2028, eso sería todo…”, dice Agustín Pinti (20), con voz y ojos plenos de ilusión.

Sin embargo, a pesar de su juventud, el maipucino sabe que para cumplir los sueños hay que trabajar mucho. “La clave es seguir entrenando, seguir esforzándose”, dice decidido porque está convencido que en la vida nada te lo regalan, y más en el mundo híper competitivo del atletismo.

“Agus” se convirtió, a fines de mayo, en la revelación del equipo nacional en el Sudamericano de mayores de Guayaquil cuando llegó a las finales de los 100 y 200 metros (m) llanos, con 10’49 y 20’93, respectivamente. Ambos tiempos le permitieron concluir cuarto en la general y mejorar sus marcas personales. Además, los 20’93 quebraron el récord argentino de los 200m de la categoría U23.

“Agustín es un diamante en bruto, hay que pulirlo, puede dar mucho más”, asegura Paola Ábrego, la profesora de educación física que años atrás se dio cuenta que en ese adolescente ordenado y responsable había talento que no se podía desperdiciar, aún a pesar que no daba pie con bola porque salía último en todas las especialidades en las que se probaba.

El presente del también estudiante del profesorado de Educación Física (cursa el segundo año en el IEF), invitaba a tener una charla para que contara cómo empezó en el mundo del atletismo, qué sueños tiene y qué siente por los que apostaron por él.

La cita, como no podía ser de otra manera, fue en las pistas donde entrena: el jueves a la noche, en la del polideportivo Ribosqui, y, el viernes en la mañana, en la de la Villa Deportiva del Parque General San Martín.

Los inicios

El primero que vio a Agustín fue el profesor Manuel Aidar cuando, en 2014, lo captó en la Escuela 4-039 a través del programa “Atletismo en la Escuela”.

Aidar encabeza “Alma Maipú”, una organización civil sin fines de lucro que recluta jóvenes para la práctica del atletismo, y en la cual también trabaja Paola Ábrego.

A Agustín lo seducían “los mansos viajes” que sus amigos atletas hacían “para disfrutar” en los Juegos Evita. Así, empezaron “tres o cuatro años donde pasé por muchas pruebas: 100m, 200m, 110m con vallas, salto en alto, salto triple… Salía último en todo”.

Sin embargo, la “profe Pao” vio en Agustín que era muy disciplinado y constante en sus entrenamientos. Se dio cuenta que en ese adolescente algo tímido había pasta de buen atleta. Y se puso a trabajar con él, especialmente en el aspecto psicológico.

Así, antes que nada, le enseñó a su pupilo que en el atletismo lo primero que hay que hacer es competir contra uno mismo, antes que con los demás.

En esta línea, Agustín destacó que “ella apostó mucho por mí y psicológicamente me ayudó bastante porque podés tener muy buen físico, pero si no sos fuerte psicológicamente estás perdido. Con ella hice un click y acá estoy…”

Agustín entrena bajo la atenta mirada de su profe Paola Ábrego.

Planes a corto y largo plazo

Cuando le preguntamos qué objetivos tiene con el atletismo, sin dudar, contesta que este año buscará “hacer un podio y poder mejorar mis marcas en el Panamericano Juniors de fin de año, donde si salís primero tenés plaza para el Panamericano de Mayores del año que viene en Santiago. Ganar un Panamericano es de otro nivel, competir contra chicos de EEUU, Jamaica, es jugar con la selección, es como estar en la selección argentina (de fútbol) con Messi”.

Sin embargo, Agustín tiene la mirada puesta más allá porque, con ojos llenos de ilusión, dice que “mi sueño es, a largo plazo, representar a la Argentina en los Juegos Olímpicos, en París 2024 o en los de 2028, eso sería todo…”

“¿Te tenés fe?”, le preguntamos, a lo que decidido contestó: “Hay que laburar. La clave es seguir entrenando, seguir esforzándose. No hay que dar nada por hecho. Hace un par de años si me decías que iba a conseguir lo que conseguí hoy te iba a decir que era mentira. Hay que seguir laburando, es entrenamiento nomás…”

Trabajo en equipo

Cuando le preguntamos qué significa para él su profesora, con la lealtad ciega que suelen tributar los adolescentes a quienes admiran, Agustín, sin dudar dice: “Ella es todo. Es una loca que no da nada por perdido. Pasaron varios entrenadores y no vieron algo en mí y ella sí lo vio. Es una loca linda y compartimos la misma locura, así que nos entendemos”.

Luego de su brillante papel en Guayaquil, entrenadores de Buenos Aires quisieron seducir a Agustín para que entrenara en el CENARD. Él no quiso saber nada. Siente que en su Maipú tiene todo, empezando por su entrenadora. Siente que con “la Pao” hicieron un equipazo que todavía tiene mucho que dar.

Estudiante

Agustín cursa el segundo año del profesorado de educación física en el IEF, estudios que, asegura, los puede llevar bien a pesar de las exigencias del entrenamiento a alto nivel.

“Ahora estoy de vacaciones y entreno más horas. Es difícil llevar una carrera deportiva y universitaria pero se puede hacer, se lleva…”, aseguró.

Agustín en la pista provincial.

Fotos: gentileza Nico Lancellotti, de NL Fotos (click acá para acceder a su Instagram).
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Claudio Pereyra Moos

Periodista por pasión, más que por profesión. Ultramaratonista de montaña que corre tras ideales: traspasar metas de carreras difíciles, trabajar por una sociedad más justa, viajar para conocer nuevos horizontes.