Más de 100 atletas participaron ayer a la tarde de Juegos Solidarios, Carrera por postas, la iniciativa para recaudar leche en polvo y abrigo para el Merendero Arco Iris del barrio El Triángulo de la Ciudad de Mendoza.
La propuesta estuvo a cargo de los teams Alto Running, Urban Running y Nutrifé y se desarrolló a lo largo de un circuito divertido y exigente que se dibujó por las calles y cerros de nuestro hermoso y querido parque San Martín.
Los runners pasaron por el Parque de los Pueblos Originarios (ex Aborigen) ya en la tercera etapa de la carrera, donde corrieron los runners avanzados, intermedios y pre intermedios..
La competencia fue por postas de cuatro integrantes cada una, que estuvieron conformadas por un runner avanzado, un intermedio, un pre intermedio y un inicial o caminante.
Cada equipo fue determinado por sorteo, de tal manera que hasta antes de la carrera no se sabía cómo estarían conformadas las postas. La idea fue que no hubiese competencia entre teams sino que se reflejara el espíritu de cooperación existente.
Todos los participantes de la carrera antes de la largada.
El circuito
La carrera empezó en los históricos Portones del Parque San Martín y concluyó en el Andino Tenis Club, por lo que los runners disfrutaron de las hermosas postales que ofrece el principal pulmón de Mendoza en esta época del año con el dorado de las hojas de los árboles y el fondo de la cordillera nevada…
Los corredores avanzados largaron pasadas las 15:30 horas desde los Portones y subieron por avenida Libertador hasta la rotonda Orzali para doblar a la izquierda por calle Carlos Thays hasta calle Ruiz Leal (la del Cricyt).
Los runners avanzados que hicieron la primera parte de la carrera solos, bajaron el cerro Llorón por su sendero posterior.
Por ésta última subieron hasta el cerro Llorón, que treparon por el frente, para descenderlo por la cara opuesta y luego desembocar en el cerro La Gloria, donde esperaban los runners de nivel intermedio.
Ambos ascendieron por la bajada de los autos hasta el monumento al general San Martín y su ejército libertador, para bajar el cerro por el “rompepiernas” hasta la playa de estacionamiento del ex Zoo.
La última etapa de la carrera se hizo, ya con los cuatro integrantes de cada equipo, por la avenida Libertador, con una hermosa postal otoñal.
En este último punto se sumaron los corredores de nivel pre intermedio, descendiendo los tres por avenida Libertador (pasando por el Parque de los Pueblos Originarios) hasta la rotonda Orzali, donde se sumaron los caminantes.
Así las cosas, los cuatro ya caminando (era obligatorio en esta etapa) terminaban el periplo en la puerta del Andino Tenis Club, totalizando 11K de trote plenos de amor y solidaridad.
Una propuesta tan original como divertida que tuvo como objetivo pasar un grato momento donde abundaron las risas y la alegría que emana de sumarse a un objetivo tan loable y noble como ayudar a los que no la pasan bien en un crudo invierno, en el marco de la delicada crisis social que atraviesa nuestro país.
El segundo capítulo de la carrera, corrido por el runner avanzado y el intermedio, se hizo por el cerro La Gloria, que se trepó por la subida de los autos.
Los resultados
El eje de la carrera era un fin solidario, por lo que el resultado de la prueba pasó a un segundo plano, no obstante lo cual no impidió que los runners corrieran con todas sus ganas.
Así las cosas, el cuarteto triunfador fue el integrado por Walter Márquez, Emiliano Brunetti, Andrés Sechter y Patricia Carmona.
Segundos salieron Jorge Reinoso, “Tati” López, Martín Arce e Irene; mientras que completaron el podio Facundo Díaz, Federico Acevedo y el runner Gómez y su hija.
En total participaron 25 equipos con cuatro integrantes, más dos de 5 miembros; por lo que corrieron 110 deportistas solidarios de siete grupos de entrenamiento que disfrutaron de un sol radiante y de una atmósfera templada.
El podio con los tres primeros equipos clasificados.
La voz de la solidaridad
Una vez concluida la ceremonia de premiación, se presentó Norma Moya, la
responsable del merendero Arco Iris que funciona en el barrio El Triángulo, atrás del barrio La Favorita.
La líder social explicó que cerca de 90 niños merendan en su casa los lunes,
miércoles y viernes a las 18 horas; mientras que los sábados más de 120 personas desayunan a las 9 de la mañana y almuerzan cerca del mediodía.
Norma detalló que este año notó el agravamiento de la situación social porque aumentó el número de personas que le piden ayuda alimentaria, especialmente la última semana de cada mes.
De izquierda a derecha, Agostina Bellene (Urban Running); Diego Guzmán y Eve Arbitelli (Nutrifé); Juanjo Altamirano (Alto Running); Norma Moya (merendero Arco Iris).
Esta celadora de la escuela Benito Pérez de Guaymallén contó, ante la pregunta de Mendoza Corre, que hace 10 años que trabaja ayudando a sus vecinos a través del merendero que fundó.
“Con esfuerzo y responsabilidad todo se puede”, expresó Norma ante cómo hace para ayudar al prójimo si a ella no le sobra la plata y agrega con un tono pleno de amor: “yo tengo que ayudar a esos niños”.
La mujer, madre de cuatro hijos ya grandes e independizados, expresó, con un dejo de sufrimiento en su voz, que “a veces no puedo ayudar y acudo a la gente para que nos ayuden”, por lo que manifestó su agradecimiento a los organizadores de Juegos Solidarios, Carrera por Postas.
Norma explicó que colaboran con ella cerca de 10 mamás vecinas y que la capilla católica y la iglesia evangélica barriales le dan una mano en su tarea.
Los que quieran colaborar con esta tarea magnífica lo pueden hacer llamando a Norma a su celular (2617223138).
Ser solidarios cuesta poco y ayuda a ser feliz.
En primera persona
Vergüenza
Por Claudio Pereyra Moos
Lo he expresado varias veces y no me cansaré de repetirlo en este espacio: en un país con la riqueza que tiene Argentina es inmoral que haya gente que necesite ayuda para comer.
Argentina, “el país de las vacas y del trigo” (como nos decían nuestros abuelos) con capacidad para producir alimentos para 400 millones de personas (con 40 millones de habitantes), que tenga compatriotas que no puedan comer adecuadamente sólo merece una definición: vergüenza.
Realmente debemos meditar qué hemos hecho como sociedad para que vivamos la ignominia de criar niños mal nutridos que los condenamos al fracaso permanente porque, sabemos, una criatura mal alimentada los primeros años de su existencia será deficiente mental el resto de su vida.
Si queremos dejar de ser ciudadanos vergonzantes deberemos replantearnos qué vamos hacer con nuestra Patria, para de una vez por todas unirnos y salir adelante.
La ayuda que podamos dar a los que menos tienen a través de las sociedades civiles nos hará felices y plenos como personas.
Fotos: gentileza Alto Running, Urban Running y Nutrifé
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Periodista por pasión, más que por profesión. Ultramaratonista de montaña que corre tras ideales: traspasar metas de carreras difíciles, trabajar por una sociedad más justa, viajar para conocer nuevos horizontes.