En la constante seducción por probar nuestros límites, los trail runners queremos ver hasta dónde llegamos, por lo que, luego de correr grandes distancias con elevados desniveles, nos largamos a competir cada vez “más cerca de las nubes”.
De esta manera, en el calendario anual nacional y provincial, proliferan carreras en la altura a las que se le suman constantemente atletas amateurs para ver –dicen– “hasta dónde llego”.
Pero, realmente, ¿estamos preparados para un desafío de este tipo donde el cuerpo se somete a un esfuerzo extremo?
Voy a ir directo al grano y no daré rodeos: si correr en la montaña no es joda, porque tiene sus riesgos, mucho menos lo es cuando lo hacemos a alturas muy considerables donde superamos los 2.500 metros sobre el nivel del mar (msnm) porque ahí, más que nunca, te jugás la vida.
Y no lo digo yo desde mi experiencia de atleta amateur sino que lo afirma un profesor de alto rendimiento como el mendocino Martín Romero (*), a quien decidí entrevistar para que nos explique a qué sometemos nuestro cuerpo cuando corremos en la altura y qué medidas debemos adoptar a la hora de optar por una competencia de este tipo.
Correr en altura es una linda sensación, pero tiene sus riesgos. |
Ojo
En mi carrera de trail runner amateur puedo dar fe que trotar en la altura no es fácil y que no hay que ser improvisado: antes que nada, debés saber cuáles son las condiciones que se presentan a medida que ascendés; debés estar muy bien entrenado física y psicológicamente; debés seguir un plan de alimentación específico antes, durante y después de la carrera y debés tener un muy buen plan de competencia que incluya desde el ritmo que vas a imprimir hasta la supervisión minuciosa de tu equipo.
La preparación para una carrera en altura debe incluir hasta un análisis de la competencia que elegirás: ¿es responsable el organizador?¿Qué plan de contingencia tendrá para atender cualquier imprevisto?¿Tendrá los puestos
de hidratación y alimentación necesarios?¿Tendrá un seguro adecuado?
de hidratación y alimentación necesarios?¿Tendrá un seguro adecuado?
Soy muy puntilloso al hablar de una carrera en altura porque con la explosión que hay en competencias extremas soy testigo de que cualquiera se larga a participar en ellas y veo que los organizadores no se fijan en los antecedentes de los atletas (lo importante es la «platita» de la inscripción) y a entrenadores que no les ponen límites a sus alumnos («no vaya a ser que se enoje y se me vaya»).
Por eso, antes de hablar con Martín Romero advierto: ojo antes de participar en una carrera en altura.
Para correr «cerca de las nubes» hay que estar muy bien entrenado. |
“Cuidar nuestra vida”
Para empezar, Martín subrayó que “es importante y de carácter relevante entender y saber aspectos específicos de la altura no sólo por el mero hecho del rendimiento deportivo o desafío personal sino por una cuestión más importante aún que tiene que ver con el cuidado de nuestra vida”.
Hay que saber lo que pasa en la altura para tomar los recaudos necesarios a la hora de participar en una competencia. |
Subiendo las cosas cambian…
Para entender cómo la altura afecta nuestro rendimiento físico es preciso saber cómo van cambiando las condiciones a medida que vamos subiendo.
En este sentido, Martín nos detalló:
– “Desde la descripción atmosférica es importante saber que se modifican sus valores en función y en comparación sobre el nivel del mar (snm): donde, por ejemplo, encontramos snm una presión barométrica de 760 mm hg (en condiciones secas y a una temperatura de 15°C) a 5.000 msnm ésta es de 405 mm hg.
– Otra situación es que el aire que encontramos tiene una disminución en su temperatura a medida que nos elevamos, donde éste mismo se torna significativamente más seco que snm.
– También existe una reducción de la densidad del aire, la cual afecta la mecánica respiratoria.
– La radiación solar es más intensa a gran altura.
– La gravedad se reduce con la distancia al centro de la tierra; en consecuencia, las grandes alturas pueden tener una influencia positiva en pruebas de salto o lanzamientos”.
A medida que ascendemos las condiciones para correr cambian. |
El impacto en el físico
Una vez que explicó cómo van cambiando las cosas en el ambiente a medida que subimos, Martín pudo avanzar en cómo la altura afecta nuestro desempeño físico.
Así las cosas, primero indicó que “con una presión barométrica modificada por la altura, la actividad que he de desarrollar presentará ciertos testigos funcionales ya que mi cuerpo, o sistemas que lo componen, tendrá respuestas adaptativas a estos cambios”.
De esta manera, explicó que si la actividad que se realiza en altura, “es de moderada a intensa, la frecuencia respiratoria aumentará” por la disminución de la presión de oxígeno.
Por otro lado, al aumentar el ascenso “la temperatura será menor y el aire significativamente más seco, lo que implicará un efecto de mayor pérdida de agua en el tracto respiratorio, lo cual podría ocasionar hipohidratación y una sensación de sequedad y dolor en la garganta.
Otro aspecto inmediato de adaptación –continuó– será un aumento de la frecuencia cardíaca y del volumen minuto cardíaco, lo que afectará significativamente sobre mi VO2 máx (máximo volumen de oxígeno en sangre), ergo en mi capacidad aeróbica”.
Además, consignó que “las condiciones de fatiga latente durante una prueba en altura serán más rápidas ya que tenderé a un aumento de acidosis muscular y hepática (ácido láctico) debido a un aumento de mi CO2, facilitado por estas adaptaciones inmediatas”.
La altura impacta en el físico y en el rendimiento del atleta. |
No llevarse una sorpresa desagradable
Martín advirtió que todas las variables que enunció, “adaptaciones que se generan de manera inmediata”, afectarán el desempeño físico del atleta, por lo que es necesario e imprescindible para su rendimiento deportivo que las conozca para estar muy bien preparado y no llevarse ninguna sorpresa desagradable.
Si conocemos las adaptaciones inmediatas que sufre el cuerpo a medida que subimos podremos tener un buen rendimiento. |
Consejos
Si sabemos qué hacer para correr en altura, podremos disfrutar la experiencia. |
Nuestro entrevistado explicó que lo ideal para competir en altura es estar entre tres y cuatro semanas antes en el lugar de la carrera ya que permitirá “una adaptación fisiológica al aumentar la hemoglobina en sangre, como así también una disminución del volumen minuto cardíaco”.
No obstante, reconoció que la realidad de los atletas amateurs impide que tengan los tiempos adaptativos recomendados, por lo que las medidas a adoptar se pueden resumir en:
– “Llegar al lugar de la competencia de altura lo más cerca del horario de la misma. Alojarme en el llano, o cerca del mismo y lo más próximo al lugar de la competencia”.
– «Conocer bien el aspecto táctico y estratégico de la competencia y evitar el mayor consumo de oxígeno».
– «Llegar al evento en perfectas condiciones de descanso y teniendo en cuenta hidratación, nutrición y horas de sueño».
– «Estar vitaminizados para facilitar el metabolismo aeróbico».
– «Saber que mi hidratación en la altura debe ser mayor al promedio del llano».
– «Llegar, en función de mi entrenamiento personal, de manera óptima, ya que si ésta no está en un porcentaje elevado de rendimiento pongo en riesgo la vida, no el abandono de una competencia».
– «Realizar controles médicos pertinentes a la singularidad de la prueba y en la altura de la prueba (determinante)».
(*) Martín Romero:
- Profesor de alto rendimiento deportivo.
- Entrenador en deportes individuales y de equipo.
- Líder del grupo de running Mendoza Run Club (hacé click acá para ver su Fan Page de Facebook)
- Entre otros trabajos, se
desempeñó como preparador físico del Deportivo Quito de Ecuador, ciudad sita a
2.850 msnm, donde se especializó en entrenamiento en altura. - Mail: gmartinromero@hotmail.com
Martín Romero (en la foto con el cartel de Gatorade) junto a los alumnos de su team: Mendoza Run Club |